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La Vereda

A POR LA TERCERA REPUBLICA

A POR LA TERCERA REPUBLICA
Copio un articulo que no tiene desperdicio de kaosenlared , ya que vivimos el 75 aniversario de la segunda republica, ya que ayer fue el 68 aniversario del bombardeo por los aviones fascistas de Mussolini al mercado central de Alicante, ya que el PP sigue siendo el mismo aguilucho disfrazado de gaviota...

Salud!!!

La herencia maldita
El Senado ratificó ayer la propuesta aprobada previamente en el Congreso para declarar el año 2006 Año de la Memoria Histórica. Todos los grupos votaron a favor excepto, claro está, el Partido Popular.
Belén Meneses (Kaosenlared)

Rajoy y los suyos se pasean por la vida pública enarbolando la bandera de la libertad, se han apropiado en exclusiva los valores que comportan un Estado de derecho, son los infatigables guardianes de la Constitución y los únicos con incuestionable capacidad para interpretar su contenido. Cualquiera que desconozca su trayectoria pensaría que son los padres fundadores de la democracia. Entonces, ¿por qué términos como República o memoria histórica causan en ellos el mismo efecto que la luz del sol y una ristra de ajos producen en los vampiros? ¡Qué paradoja!, ¿verdad?


Cada vez que se menciona la Segunda República, sufren ataques agudos de urticaria y se niegan en rotundo a admitir su legitimidad. Cuando realizamos actos conmemorativos para recordar a los hombres y mujeres que perdieron sus vidas en defensa de la justicia y la libertad, somos unos nostálgicos resentidos que vivimos anclados en el pasado. Si rechazamos que se construyan nichos sobre las fosas comunes donde se amontonan los restos de represaliados republicanos, dicen que pretendemos "hurgar en heridas abiertas hace un siglo". Si reclamamos la anulación de las sentencias condenatorias que se ejecutaron durante la dictadura contra los vendidos de la Guerra Civil, lo cual implicaría reconocer la condición ilegítima del régimen franquista, se nos acusa de querer romper el espíritu de la transición. Y si un texto aprobado en el Parlamento propone "recordar y honrar a quienes se esforzaron por conseguir un régimen democrático en España, a quienes sufrieron las consecuencias del conflicto civil y a los que lucharon contra la dictadura en defensa de las libertadas y derechos fundamentales de los que hoy disfrutamos", sus impulsores son guerracivilistas vengativos.


Parece que a los representantes del Partido Popular les duele reconocer en los valores republicanos el antecedente de los principios que hoy sustentan nuestro modelo de convivencia, a la vez que minimizan los logros y aportaciones de la República y consideran sus "desmanes" el detonante que originó la "inevitable" sublevación militar, que derivó (seguramente inevitablemente también) en una Guerra Civil donde los dos bandos enfrentados "cometieron las mismas atrocidades", y consecuentemente con esta percepción histórica, han evitado reiteradamente condenar abiertamente la dictadura y todos los crímenes cometidos durante el régimen franquista.


El por qué los populares se sienten más identificados con la ilegalidad de la dictadura que con la legalidad de la República, quizás sea debido a que se consideran los herederos oficiales del régimen franquista, lo cual implica que se sientan terriblemente incómodos cuando emerge la memoria sepultada durante años por mantos de silencio tejidos por sus ancestros.


En esta herencia maldita de la que no pueden o no quieren desprenderse, puede estar la raíz de esas maneras de dirigirse por la vida política y esa actitud burlesca e irrespetuosa que muestran ante el adversario político. Quizás ese legado indeseable les empuje a consideran que el poder les pertenece y verse en la oposición les provoque esa mala baba perpetua y esos impulsos destructivos e incontrolables contra toda iniciativa que provenga del partido que gobierna, según su percepción, ilícitamente. Tal vez esa maldición indeleble es responsable de su incapacidad para ocultar la inquietud mortificante que les atenaza ante la perspectiva de un posible éxito del proceso de paz emprendido por un gobierno que no es el suyo.


Hasta que el Partido Popular no abandone el lastre que significa ser legatario oficial de la dictadura y deje atrás sus prejuicios contra el legítimo gobierno republicano, la sinceridad de su conversión democrática estará siempre en entredicho y su papel de vigía de la libertad será poco creíble.

 

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